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Simboliza la presencia del Espíritu Santo, la paz, la pureza, la fidelidad y la humildad. La Paloma está directamente sobre la representación de la Biblia, afirmando el rol del Espíritu en la inspiración e interpretación de las Escrituras.

Simboliza la accesibilidad de la Biblia a todo el pueblo de Dios. Es una declaración que la autoridad de la Palabra de Dios es superior a todas las palabras humanas. También representa la importancia de la educación en el establecimiento de escuelas/universidades para nuestros hijos/as y de seminarios teológicos para nuestros ministros (quienes son dotados en los lenguajes bíblicos del Hebreo y Griego).

La Biblia sobre la representación del Púlpito simboliza la importancia que tiene la predicación de la Palabra de Dios en la tradición Reformada. El Libro encima del Púlpito con la Paloma descendiendo enfatiza la predicación/enseñanza que es guiada y informada por el Espíritu Santo. Evitamos los dos extremos de fanatismo (mucho “Espíritu” sin conocimiento) y el formalismo (mucha “Palabra” sin pasión).

Representan muchas imágenes: fuego que purifica, luz y verdad, sufrimiento y sacrificio de mártir, juicio de Dios, la presencia de Dios en la nube de fuego y Monte Sinaí, la soberanía y santidad de Dios como “Radicalmente Otro,” etc. En adición, simbolizan el nombre propio de Dios, Yavé (“Yo soy el que soy”), cuando Dios llamó a Moisés en la zarza que ardía (Exodo 3), y al Espíritu Santo en el comienzo de la iglesia primitiva en el relato de Pentecostés (Hechos 2).

Implica el símbolo tradicional de la Trinidad, representada por la Paloma y las Llamas como también el diseño de la Cruz en tres líneas.

Es el símbolo más primitivo del cristianismo, usado durante las persecuciones como un código para creyentes. La palabra griega para pez (ichthus) fue vista como un acróstico para “Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador” (Iesous Christos, Theou Huios, Soter). También enfatiza el evangelismo (“hacer pescadores de humanos”) y la acción compasiva (la multiplicación de los “panes y peces”) como parte esencial de la misión de nuestra Iglesia.

LA COPA

Simboliza el cáliz de la Santa Comunión y el baptisterio del Bautismo, representando los dos Sacramentos que son los sellos de nuestra fe y señales visibles del pacto que Dios ha hecho con Su pueblo. El sello pone la Copa en el corazón de la Cruz (el amor encarnado de Cristo), en el centro del Libro (la Palabra), dentro del Púlpito (la predicación), debajo de la Paloma (el Espíritu Santo) y al pico del Triángulo implícito (todo es hecho en el nombre del Dios Trino).